viernes, 16 de enero de 2015

Año nuevo, blog nuevo

Abrí este blog cuando en segundo de carrera tuve que escribir una crítica cultural y elegí ‘Brothers & Sisters’, que acababa de estrenarse en ABC. Era esa época en la que creíamos que cualquier ficción estrenada en EE.UU. tendría el nivel de ‘Mujeres desesperadas’ y (por entonces) ‘Perdidos’, y estas series juntamente con ‘O.C.’ me habían obsesionado con la televisión.

El ejercicio de clase se convirtió en un medio para expresarme en un tema que despertaba mi curiosidad y provocó que no me perdiese ningún estreno. Yo, que había entrado en la carrera de periodismo porque supuestamente quería escribir sobre política, me pasé a un arte que encima se consideraba menor (preguntadle a mi abuelo, que a sus 92 años se le escapa una sonrisa cuando hace referencia a mis artículos, como si escribiera el horóscopo).

Sin embargo, toca pasar página y me he mudado. En La Vanguardia, además de colaborar en el papel, escribo en la nueva sección de series de la versión online y allí he alojado un nuevo blog. Nuevo blog, nuevo nombre. Se trata de ‘En el sofá’ y, como he hecho aquí durante muchísimos años, pienso opinar libremente de aquello que me interesa, de aquello que me estimula y de aquellos que detesto y siento el deber de ver de vez en cuando como Aaron Sorkin.

¿Qué sucederá con esta página? Ni en broma quiero que muera porque demasiados años han pasado y demasiadas vueltas da la vida. Aprovecho para comentar, por ejemplo, que ‘Togetherness’ de HBO apunta maneras. Los hermanos Duplass, de la escuela indie americana, proponen una serie sobre relaciones de pareja y crisis de los treintaytantos que despierta interés. Aparece Amanda Peet, que siempre es un punto a favor, y así se une a su marido a la hora de trabajar para el prestigioso canal. Hablo de David Benioff, que adapta ‘Juego de tronos’ y, según ella dice, ni tan siquiera le adelanta los spoilers.

Supongo, por lo tanto, que escribiré por aquí un día a la semana, ni que sea para publicitar el podcast. Lo anunciaré, como siempre, en mi cuenta de Twitter. Quien quiera seguir la actualidad desde la sección de series de La Vanguardia, aquí tenéis el enlace. Y, para opiniones, aquí tenéis ‘En el sofá de Pere Solà Gimferrer’.

Y, para que veáis que nada cambia, hay un nuevo programa de ‘Yo disparé a J.R.’ con algunas de las novedades que ya se han estrenado en este nuevo año. Eso sí, nada cambia pero sí evoluciona.

viernes, 2 de enero de 2015

Las otras (de la lista)

Este año pasado ha sido excepcional. Lo he dicho, escrito y hablado por todas partes. Un comentario, por ejemplo, me comentó que recibiría críticas por no meter ‘Juego de tronos’ y ‘True detective’ entre la listas de las diez mejores y otro año, uno más flojo, tendría sentido. ¿Este? Ha habido demasiada competencia. Poco a poco se amontonaron series de calidad y cuando tocó hacer un recuento había 25 que (¡por lo menos!) debían estar en esos puestos.

‘The fall’, ‘Jane the virgin’, ‘Halt and catch fire’, ‘Girls’, ‘Rick & Morty’, ‘Please like me’, ‘Happy Valley’, ‘The Leftovers’, ‘The walking dead’, ‘Downton Abbey’, ‘Homeland’, ‘Mad men’ y ‘Silicon Valley’ también hicieron méritos para colarse. Por lo tanto, los criterios utilizados fueron la racionalidad y la coherencia: no metí ninguna serie que no mereciera estar allí pero sí tuve que excluir.

‘Downton Abbey’ no entró porque para obra de época ligera ya incluí ‘Outlander’; me resultó más interesante la concepción de ‘Fargo’ que ‘Happy Valley’; psicológicamente es más estimulante ‘Hannibal’ que ‘True detective’ y 'True detective' también tuvo una dirección maravillosa pero este criterio ya lo utilicé para 'The Knick'; en la categoría de animación adulta prefiero ‘Bob’s Burgers’ a ‘Rick & Morty’; y para comedias de autor ‘Transparent’ superó a ‘Girls’. Podéis ver, por lo tanto, algunas decisiones que tomé para que fuera una lista diversa. Y, si bien acabó habiendo mucha animación en mi listado final (hay que sumar ‘Gravity Falls’ y ‘The Legend of Korra’), las series no pueden tener menos en común, tanto a nivel de trazo como de filosofía y objetivos.

Otras como ‘The Leftovers’ y ‘Homeland’, en cambio, no entraron porque tuvieron episodios muy buenos y otros tramos que no me convencieron y, en un año con tanta competencia, ser una serie regular es indispensable (y de ‘Jane the virgin’ ni hemos terminado la primera mitad de temporada). Y, por supuesto, no puedo meter ninguna serie que no he visto en su totalidad. De aquí que ni contemple ‘Boardwalk Empire’ y ‘Sons of Anarchy’, series que pude disfrutar en su momento pero que en determinado punto decidí que ya no me aportaban más y que prefería entretenerme con otras habituales y/o entregar ese tiempo a novedades.

Las listas, además, son un entretenimiento para comparar y descubrir. Yo soy el primero que entro en todas las listas americanas y que aplaudo cada vez que veo ‘The good wife’ en los puestos de arriba, y me apunto alguna serie desconocida que observo que está bien considerada. Y, como para listas ya escribí la del blog, con Marina Such decidimos grabar un ‘Especial 2014’ sobre tendencias, modas y las series más destacadas que habíamos visto durante el año. Me refiero, por supuesto, al podcast de ‘Yo disparé a J.R.’ y, si queréis, aquí os dejo los dos reproductores con enlaces para descargar los dos programas de hora y media de duración. Ahora crucemos los dedos. ¡A ver si tenemos un 2015 con otra cosecha tan buena!

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Las mejores series de 2014 (III)

No he querido hacer trampas en la lista de este año. En lugar de fingir que escribía una lista de diez series y acabar metiendo de extras aquí y allá, una opción un tanto cobarde, me he mantenido fiel al principio de exclusión. Pero llegados al podio, me he permitido el lujo de no ordenarlas. Las tres son perfectas y, cuando uno encuentra la perfección, no compara sino que lo celebra. Aquí las mejores series del 2014, probablemente el año que he visto mejor ficción.

1. Transparent
Cuando Amazon mostró el piloto de ‘Transparent’, los críticos americanos se esforzaron en aplaudirla para que se les escuchara y la plataforma de contenidos encargara una temporada completa. Les hicieron caso y Jill Soloway, la creadora, fue muy agradecida. El episodio de presentación era prometedor con su apuesta indie, honesta y temáticamente sorprendente, pero la continuación fue coherente, mantuvo los principios y se volvió más sofisticada si era posible.

El título puede referirse a Morty Pfefferman, el patriarca judío que sale del armario como transexual y que pasa a llamarse Maura, pero pronto Soloway escribió unos hijos con tantos defectos como virtudes a la hora de observarlos como personajes. Maura obliga al espectador a plantearse la experiencia transexual, pero es tan interesante como el resto de los Pfefferman. Sobre el papel pueden resultar prácticamente extraterrestres, pero no existe nada más humano e íntimo que verles quererse, relacionarse y culparse. Son un espejo: que cada cual decida hasta donde quiere verse reflejado.

1. The Legend of Korra
¿La incluyo tan arriba o no? Me he hecho esta pregunta durante estos últimos días. Su desenlace fue hace apenas unos días y el factor tiempo muchas veces afecta y, una vez pasan unos meses, uno se arrepiente de las decisiones tomadas. No será el caso y, si queréis, en un tiempo me decís si me pasé. ¿Una serie de Nickelodeon al mismo nivel que ‘Transparent’ y ‘The Good Wife’? Pues sí y, aunque no lo parezca a simple vista, alguna similitud tienen.

Por ejemplo, Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko quieren y alimentan todos los personajes de su universo desde a la protagonista, una heroína a la enésima potencia, a cualquier secundario y los villanos. Sólo hay que echar un vistazo a la serie anterior, ‘Avatar’, donde incluso dedicaban un episodio a la mascota. Y se parece a ‘The Good Wife’ en el sentido que podría ser “sólo una serie de animación” pero cuenta mucho más: habla de política de forma accesible, hablar de honor y deber, y habla de espiritualidad.

No es HBO pero puede apreciarse el esfuerzo por acercar estas cuestiones a un público infantil y juvenil. Si se hace, además, con unos paisajes y unos colores preciosos, es todavía mejor de ver. Y el final, por razones que no quiero destripar aquí, es historia de la televisión (y el de la tercera temporada, que también se emitió este año, uno de los momentos más tiernos).

1. The Good Wife
Y, finalmente, la habitual de este blog y del podcast (y de mi corazón, no es ningún secreto). Aparecerá en muchas partes porque un episodio en concreto cogió al público y a los periodistas desprevenidos, poco acostumbrados a no enterarse de los giros importantes de antemano. Pero yo la incluyo, en realidad, por las mismas razones de siempre. No finge ser otra cosa que una serie, no intenta transmitir ese insulto encubierto de “parece cine” (algo muy irrespetuoso para el medio), pero es una maravilla.

Tiene la virtud, además, de saber envejecer. Cojamos a Alicia Florrick al principio de la primera temporada y comparémosla con la actual. ¿Son la misma persona? Sí. ¿Pero podríamos imaginar que hubiera cambiado tanto? Ni en broma. Al igual que el universo legal y político de Chicago, los King entienden que los personajes fluyen, las relaciones les afectan y las decisiones les marcan, y se percibe en cada uno de ellos, desde la protagonista al resto del reparto (mirad con atención el viaje de Cary, casi tan complejo como el de Alicia). Por esto y porque encima consigue ser la serie más divertida, tensa y entretenida, ‘The Good Wife’ está arriba de todo (y sospecho que lo estará incluso cuando se haya ido).

martes, 30 de diciembre de 2014

Las mejores series de 2014 (II)

La lista sigue y el nivel sube.

6. Bob’s Burgers
Lo mejor y lo peor que le puede ocurrir a una comedia es conocerse a si misma cuando ya ha comenzado a emitirse. Muchas veces he comentado que es una situación muy común porque los personajes, los actores y las bromas tienen que encontrarse a medio camino y es normal que tarden unos cuantos episodios. ¿Y qué lectura tiene positiva? Pues que, será casualidad o no, mis mayores happy places cómicos de los últimos años tienen en común que empezaron en proceso de transformación. Me refiero a ‘Parks and Recreation’, ‘Cougar Town’ y ‘Bob’s Burgers’. Desde que entendió que los episodios le funcionaban mejor si utilizaba la acidez desde el cariño (en lugar de la acidez por acidez como ‘Padre de familia’), está en estado de gracia.

De esto hace cuatro años y no hay ni una sola semana que no tenga algún instante lúcido, acompañado de unas situaciones originales y bien desarrolladas. El especial de Acción de gracias de este año, donde les perseguían unos pavos asesinos, o el episodio donde Tina se disputa con una compañera de instituto un (falso) novio fantasma en forma de caja de zapatos son algunos de los destacados. Pero todos se mueven igualmente entre el notable alto y el sobresaliente, unos resultados admirables para cualquier comedia.

5. Hannibal
¿Qué tendrá en la cabeza Bryan Fuller? ¿Cómo pudo dibujar el maravilloso mundo de ‘Pushing Daisies’ y luego descubrir las pulsiones más oscuras de los individuos más enfermos de la sociedad? Esta pregunta la lanzo evidentemente desde un punto de vista superficial porque, si paramos atención a las obras, se nota que son hermanas gemelas. Hay pocos autores televisivos que perciban y creen las series como obras artísticas totales donde cada elemento tiene que estar en consonancia con el resto: la cadencia, el vestuario, la fotografía, los decorados, los diálogos, el tono. Todo.

En esta segunda temporada, al habernos presentado ya el universo perverso, se tomó todavía más licencias. ¿Había mayor declaración de intenciones que ese psicópata que imitaba a Spencer Tunig? La persecución por los maizales, donde una víctima escapaba para terminar tirándose por un precipicio y darse fatalmente contra una roca antes de llegar al agua, nos contó que no era una historia de salvación. Es una historia sobre juegos mentales, donde retar al espectador es una obligación, poner a prueba nuestros estómagos y nuestros sentimientos. A esto obedecía el festín de pierna, el cadáver a lonchas y una traca final loca y, cómo no, más caníbal que nunca. Gracias, Fuller, por proporcionarme (literalmente) mi mayor pesadilla.

4. Fargo
Este año fue de bien a todavía mejor. Cuando comenzó creíamos que ‘True detective’ encabezaría todas las listas habidas y por haber y al cabo de unos meses ya teníamos a ‘Fargo’ retándonos, recordando que quedaba mucho por llegar. Pocas obras, sin embargo, fueron tan perfectas como esta adaptación del clásico de los hermanos Coen que (¡oh, sorpresa!) no repetía la trama por la que Frances McDormand ganó un Oscar. ¿Cuántas personas que calificaron de innecesario este proyecto tuvieron que tragarse sus propias palabras? Diría que, si todos no lo dijimos, la mayoría lo pensamos.

Si en su momento ‘Fargo’ participó como comedia en los Globos de oro, no es ninguna locura decir que la serie también es una comedia. Es violenta, dura y muy cínica pero la visión de Noah Hawley tiene una macabra sonrisa en cada momento. Y también un deje muy entrañable. Esto se notaría en la interpretación de Allison Tolman, una de las revelaciones del año, que daba a entender que no todo está perdido. Los juegos de Lorne Malvo, el tiroteo desde fuera el edificio, la pelea en la nieve y casi cualquier diálogo. ‘Fargo’ es una gran serie.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Las mejores series de 2014 (I)

Este año ha sido una locura. Tenemos tendencia a criticar todo aquello que fracasa pero, ahora que tocaba hacer balance, se ha hecho más evidente que nunca que este 2014 ha sido alucinante. Es el mejor año del que tengo memoria y esto se notará en la lista de las diez mejores series. Normalmente tenía margen de maniobra, con un par de puestos con los que podía permitirme licencias muy personales, pero esta vez ha sido un quebradero de cabeza. Demasiadas series para tan pocos puestos pero vayamos al grano que, una vez publicada en su totalidad, ya explicaré cuales se quedaron a las puertas, que son demasiadas y todas tenían razones para colarse entre las diez primeras.

10. You’re the worst
Este 2014 debía ser el año de las comedias románticas y, según parece, lo recordaremos porque casi ninguna ha funcionado. ‘You’re the worst’ tampoco se sale del todo de la norma, ya que su audiencia fue mínima incluso dentro de los parámetros del canal FX, pero en calidad se excedió. Stephen Falk creó una obra que se describió como una anti-comedia romántica y que, paradójicamente, ha sido muy entrañable: Chris Geere y Aya Cash interpretaron a dos jóvenes cínicos y despreciables que, pese a intuir que son incompatibles, deciden seguir viéndose después de una noche de borrachera y sexo.

La química, la acidez, unas situaciones que encapsulan bien la modernidad y el esnobismo y unos secundarios a la altura (primero sorprende Kether Donohue como la amiga conservadora y luego Desmin Borges desarrolla su personaje) han permitido que sea la comedia revelación. Es un diez y sobre todo es muy divertida.

9. Gravity Falls
Escribí en La Vanguardia que esta serie de Disney Channel debía tener el récord de ideas chulas por minuto y creo que, si se le echa un vistazo, queda claro. ¿Es animación infantil? Sí. ¿Es para los adultos? Y tanto. Todo espectador que disfrute con los viajes en el tiempo, máquinas imposibles, criaturas sobrenaturales, referencias al género de terror y con sentido del humor puede pasarlo demasiado bien con ‘Gravity Falls’.

Otra que juega en una liga similar es ‘Rick & Morty’, que se quedó a las puertas de entrar en la lista, y que es subversiva. Pero opino que escribir una serie tan redonda resaltando valores como la amistad y cariño fraternal sin escepticismo y que funcione sin resultar empalagosa al público adulto, tiene todavía más mérito.

8. The Knick
Este año ha habido dos direcciones que han maravillado y han sorprendido dentro de los parámetros de la televisión. Primero fue Cary Fukunaga en ‘True detective’, un trabajo por el que recibió el Emmy, y después llegó Steven Soderbergh con su mano más documental, la misma que empleó para llevarse el Oscar con ‘Traffic’. No, no creía que esta factura visual fuera posible con semejantes planos y una fotografía tan cuidada, que capturaba perfectamente el vestuario y los decorados de principios del siglo XX (bueno, técnicamente del último año del XIX).

Se la nota inteligente, por ejemplo, cuando la cámara baja las escaleras para meterse de lleno en una matanza de ratas. El tono encaja en esta radiografía de época protagonizada por Clive Owen donde prima el realismo a las tramas (que las hay) y donde se permiten esperanzarnos para devolvernos a la triste realidad, que Soderbergh sabe que no puede cambiar por más que ilustre las imágenes con la magnífica música de Cliff Martínez, la mejor del año.

7. Outlander
Uno de mis principios a la hora de valorar una serie es reflexionar sobre si cumple con sus propios objetivos. No tiene los mismos deberes una comedia que un drama sobre el holocausto o una dramedia familiar, y la televisión sería aburridísima si todas las ficciones tuvieran las mismas intenciones. Por esto ‘Outlander’ está en el puesto número siete porque, a pesar de las dudas que suscitó al principio, se consolidó como una ficción muy entretenida que creó una de las heroínas de este año.

Claire, la enfermera de la Segunda Guerra Mundial que se encuentra de repente en el siglo XVIII rodeada de escoceses rebeldes, tiene uno de los mejores retratos del año. Caitriona Balfe ayuda con su composición, compenetrando muy bien la voz en off (que no es tan abusiva a medida que avanzan los episodios) y sus miradas. Y, si soy sincero, me quedé con la boca abierta con el sexto episodio, ese duelo teatral con un villano sin pizca de compasión, y después con el séptimo, ese relato erótico tan bien expuesto, rodado, picante y original. Allí pasó la línea entre correcta y buena, siendo también novedosa (hemos visto desnudos en televisión pero nunca tan bien rodados y tan sensuales).

viernes, 26 de diciembre de 2014

La síntesis de Brooker

Mentiría si dijera que soy de los que esperan ‘Black Mirror’ durante todo el año. No es que la odie, tampoco significa que no la aprecie, pero sus conceptos son tan inquietantes que no siento la urgencia de descubrirlos para dormir un poquito más intranquilo esa noche. Es lo que tienen los conceptos terroríficos de Charlie Brooker que, si los clava (y suele hacerlo), te impide coger tu smartphone con la misma alegría de siempre.

En el especial de Navidad que emitió Channel 4 este mes de diciembre, que muchos esperan que anime al canal a encargar una temporada completa, volvió a su tema recurrente: la tecnología y como podría afectar nuestra forma de relacionarnos. Pero no entra necesariamente en el típico discurso maniqueo de “la tecnología es el mal” (algo más propio de Aaron Sorkin) sino que sirve casi de guía. Es como si nos dijera “la tecnología es una herramienta útil pero vigilad que todo avance tiene sus contraindicaciones”.

El primer cuento que expone en el fondo no deja de ser una historia de terror donde la tecnología es una mera excusa, un vehículo para que la anécdota pueda suceder. No tiene un horror intrínseco del sistema domótico y el bloqueo personal de las siguientes historias, que cuenta un perfecto Jon Hamm en su pose “vende-humos” que emplea en ‘Mad Men’. Allí sí que la tecnología es la anécdota y la pesadilla y Brooker lo explota en la justa medida. No es pornografía terrorífico-tecnológica, es una idea tan hiriente como bien explicada.

De hecho, la mayor virtud de este especial es que comprime tres historias (y una cuarta de regalo) en una hora y cuarto de duración, exprimiendo al máximo el talento de Brooker. ¿Alguien se acuerda de la crítica a ‘X Factor’ de la primera temporada? No solamente es uno de sus episodios más flojos porque era una vendetta personal (a su mujer la echaron del programa) sino porque dilató la idea en un metraje excesivo. Es el problema que a veces tiene ‘Black mirror’: una vez entiendes qué te quiere contar, pierde la gracia y es mejor darle un rápido y bonito cierre (Waldo entraría en este mismo punto).

Por esto, porque hay múltiples ideas en un solo episodio, se han acentuado las virtudes. Brooker no solamente tiene una mente privilegiada capaz de extrapolar lo actual al futuro sin alejarlo sino que también ejerce de maestro de la síntesis. El cuento de Oona Chaplin, por ejemplo, es muy potente pero no sería mejor si alargásemos el metraje, entonces probablemente sería una torpe tortura. Lo mismo puede decirse del bloqueo. Y, como la jugada le ha salido tan bien, ahora no quiero que le encarguen una temporada completa de tres episodios. Quiero especiales como este: uno por Navidad, otro por Semana Santa y el otro para el aniversario de la Reina si hace falta.